Desperté soñando que el tren aún no partía,
que estaba ahí, en mi estación, sonriendo.
Cabizbajo tomé el último cigarrillo, el último
y lo derramé en la copa vacía sin tiempo,
alzando pañuelos blancos y de los otros
despedí a la última musa sobreviviente
desde la cama vacía del presente.
Abrí los fuegos artificiales verbales
hiriendo a unos cuantos proxenetas verbos
unos cuantos lobos se unieron a mi marcha:
llevaban panfletos heridos con balas de saliva.
Despedimos a la última musa sobreviviente
desde las camas vacías del presente.
.
que estaba ahí, en mi estación, sonriendo.
Cabizbajo tomé el último cigarrillo, el último
y lo derramé en la copa vacía sin tiempo,
alzando pañuelos blancos y de los otros
despedí a la última musa sobreviviente
desde la cama vacía del presente.
Abrí los fuegos artificiales verbales
hiriendo a unos cuantos proxenetas verbos
unos cuantos lobos se unieron a mi marcha:
llevaban panfletos heridos con balas de saliva.
Despedimos a la última musa sobreviviente
desde las camas vacías del presente.
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